Si vienes a Cádiz, puedes hacer de Guiri o puedes intentar mezclarte con la gente local. Hay opciones para todo el mundo. Todas igual de válidas y en cualquier caso disfrutarás de la ciudad seguro.
Pero, por si acaso, si te apetece vivir el auténtico día de una persona «de Cádi,Cádi» (obviamente, todo no se hace en un mismo día), aquí te dejo una lista de las cosas que hacemos. Si las haces todas, te has ganado el Carnet de Gaditana/o.
1- Comerte un cartucho de Pescaíto Frito (croqueta incluida)
Más típico no lo hay. La gente de Cádiz se va al freidor ( y no freiduría. Esto es algo muy gaditano, cambiar los géneros de las palabras) y se pilla un cartucho. Por supuesto, la cerveza que acompaña es de gran obligatoriedad.
El cartucho típico de Cádiz se compone de: boquerones, cazón en adobo, chocos, puntillitas, quizás alguna gamba y al menos una croqueta. Porque en Cádiz, croqueta también es Pescaito frito.
2- Decir «me voy a dar un paseo» y cruzarte las tres playas andando por la orilla
Y si puedes, te paras en un chiringuito a tomarte algo fresco.
Porque los paseos son así. Hay que disfrutarlos. Lo bonito de las playas de la ciudad de Cádiz es que están todas unidas. Y, claro, cuando te das un paseo no sabes cuándo parar… si te despistas puedes llegar hasta las salinas de San Fernando.
Hay que entender que en todo buen paseo gaditano que se precie, también habrá chapuzones, lateros y papas fritas y posiblemente encuentros y chácharas de 30 minutos mínimo. Lo que hará de tu «paseito» una mañana completísima de playa.
3- Ir al Piojito
No hay mejor manera de empezar la semana que llevarte una buena ganga del piojito.
El Pijojito es un mercadillo al lado de la bahía de Cádiz lleno de puestos diversos en donde realmente puedes encontrar buenos productos. El barullo, el gentío, sus gritos de «a euro, a euro!» , las sonrisas y el ingenio de quienes venden te harán pasar, sin duda, un buen rato.
Y no sabrás cómo pero volverás con una bolsa llena de calcetines a muy buen precio.
El piojito se coloca en la Avenida de la Bahía. Y abre desde las 9:00 hasta las 14:00 horas. Ubicación aquí.
4- Pararte a disfrutar a ver el atardecer
Desde la playa
Desde una torre
Desde el paseo marítimo
En una azotea
Mientras te tomas algo en un chiringuito
En la caleta
Desde la punta de San Felipe
En el castillo de santa catalina
Cualquier lugar es bueno. Lo que importa es pararte y disfrutarlo. Las puestas de sol en Cádiz son una maravilla y un espectáculo diferente cada día. Un placer para los ojos. Un momento para respirar, en donde todo se para. Una paleta de colores que te hipnotizará. Uno de los atardeceres más bonitos del mundo.
5- Desayunar churros en «La guapa» o «el Bar Stop»
Todo dependerá de la zona en donde vivas o de cuánto te enredaste la noche anterior…
El bar Stop se encuentra en la zona de Segunda Aguada y abre muy temprano para las personas madrugadoras que tienen que ir a trabajar.
Pero claro, esto también implica que si te cierran la discoteca a las 6am, puedes terminar desayunando churros alli. Fue un clásico en la generación de los 90 – 00.
La guapa, por su parte, es una de las churrerías más antiguas de Cádiz. Y desde principios del Siglo XX venden los churros en la plaza donde también se sitúa el mercado central. Este kiosko abre a las 8:30am (excepto los domingos, día de churros por excelencia, que abre a las 8:00am) y te dan tu cartucho de churros que te puedes comer en cualquiera de los bares de al lado, en donde te servirán tu chocolate o café.
6- Buscar cangrejos con la marea baja (usando cangrejeras)
Es otro momento para olvidarse del mundo. Cuando la marea baja, las rocas de la playa resurgen y se te abren nuevas posibilidades. De repente andas metros y metros hasta que el agua te cubra, así que bañarse se convierte en «me voy a dar un paseo».
Lo más habitual para la gente de Cádiz es andar por las rocas y descubrir la fauna y flora. Los cangrejos son, sin lugar a dudas, los más divertidos (por favor, no los caces, sólo disfruta de su presencia). Vuelve a tu infancia sintiéndote que exploras las cavernas.
Ten cuidado que las rocas son resbaladizas! Si quieres ser «de Cadi Cadi» usa unas cangrejeras. El calzado perfecto para este tipo de aventuras.
7- Comerte un dobladillo en «la punta»
Un dobladillo de caballa. Una receta original de Manuel Antonio Rodriguez Orta. Un clásico de la gastronomía gaditana. Un montadito necesario para conseguir ese carnet de Gaditana/o de pro.
Los auténticos se sirven en el Bar Manolo, en la punta de San Felipe: unos filetitos de caballa en aceite, con una rodaja grande de tomate de Conil y un pegote de mayonesa. Todo entre dos rodajas de pan fresco y crujiente. Te creerás que tú también puedes hacerlo igual. Pero eso es porque no has probado los de Manolo.
Además, tomártelos en la punta, que es el final de Cádiz, rodeada de agua y barquitos, y mirando al puerto de Santa María.. y todo bajo el sol y con una caña bien tirada… esa es la tapa perfecta.
Que ¿por qué se llama dobladillo? Porque si no te doblas al comerlo, se te cae todo el aceite encima…o la mayonesa…o el tomate… vamos, que hay que tomárselo dobladillo.
8- Irte al Puerto de Santa María cruzando la Bahía (por Mar)
Y una vez alli, pues si eres de mariscos te vas a Romerijo y te hinchas.
Aunque el puerto de Santa María es una ciudad para visitar y disfrutar, así que aprovecha bien el día si no tienes pensado quedarte a dormir.
Lo de ir por mar va en serio. Hay ciudades que tienen tranvía, la nuestra tiene un catamarán que te lleva al otro extremo de la bahía en 30 minutos. Un día de lo más completito.: paseo en barco, vistas de la bahía, viento marino, sol y descubrir otra ciudad.
Móntate en el catamarán aqui: Terminal marítima metropolitana, Cádiz.
9- Andar por el paseo de Fernando Quiñones (y tirarte por el puente canal)
Y esto es ya de matricula de honor del gaditaneo.
Situado en un extremo de la playa de la caleta, este paseo es un camino artificial construido sobre un itsmo natural de roca que comienza en La puerta de la Caleta y termina en un castillo militar del Siglo XVIII que te recordará a alguna que otra fortaleza colonial.
Es un paseo casi obligado para cualquier persona que se crea de esta tierra. Y, desde luego, una parte de Cádiz bellísima. Y si quieres ser súper-pro en esto del ser de Cádiz, cuando esté la marea alta, tírate al agua desde el puente canal, como llevan haciendo generaciones gaditanas desde tiempos inmemorables.
10- Pedir un papelón de chicharrones «especiales»
O chicharrones de Chiclana. Una Tapa de Cádiz por excelencia. Riquísimos y sabrosísimos, especialmente con el toque de limón. Los chicharrones son panceta de cerdo cocida a fuego lento en manteca de cerdo y aliñada con especias. Vamos, un regalito para el colesterol! Pero un capricho cuando estás de vacaciones hay que darse! Y aprender a saborear una tapa tan de la provincia (nacida en Chiclana de la frontera) es obligatorio.
Una de las tabernas que aún te sirven los chicharrones (y otras tapas) en papel de estraza, como antaño, es Casa Manteca. Muy recomendable de visitar, aunque si quieres saber dónde encontrar buenas tapas, vente conmigo de ruta!