El nuevo turismo…
Es curioso cómo esta pandemia global nos ha influido a la hora de relacionarnos, de trabajar, de valorar las amistades, la familia y la salud, y también la manera de hacer turismo, de viajar.
Este año he tenido la oportunidad de ver un turismo que no veía desde que era adolescente. El turismo reducido, responsable, familiar, en pequeños grupos.
Un turismo que te permite disfrutar a tí, que estas descubriendo una nueva ciudad, pueblo o geomorfología en la sierra, y a las personas que viven allí todo el año.
Un turismo que respeta el silencio, el ritmo y el descanso de la ciudadanía.
Un turismo que no se amontona en calles estrechas e impide caminar, que no llena pueblos pequeños de autobuses plagados.
Un turismo que se mezcla más con la gente local, que anda lento, que disfruta de lo que ve y que no tiene prisa por irse.
Un turismo que se ha alojado en casas rurales, en apartamentos pequeños o en hostales, en vez de en grandes hoteles de pulseras que te ofrecen caipirinha en la piscina y no deja dinero a los comercios locales.
Hacía muchísimos años que no disfrutaba de Ronda, de Antequera, de Setenil y de otros pueblos pequeños de la sierra, sin tener que volverme loca buscando aparcamiento, una mesa para comer, un sitio dónde pasear o unas vistas que disfrutar…
Si, los pueblos seguían teniendo visitas a diario y las terrazas estaban llenas. Pero la gente del pueblo también formaba parte de ellas, y se les veía más tranquila, más relajada, con más ganas de interaccionar con las personas que veníamos de fuera.
El pueblo rebosaba vida y no aglomeraciones incómodas.
El Neo-turismo de esta neo-normalidad, que es la antigua forma de viajar.
¿Sería posible concebir esa forma de visitar lugares a día de hoy?
De volver a lo pequeño, a lo local.
De respetar culturas.
De ser responsables.
Y tú, ¿qué piensas?
¿qué tipo de turismo prefieres?